(Redacción ETI/ Andina/Agencias)
El panorama económico del Perú en 2024 comienza a mostrar signos alentadores, con un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de 4.5% en julio, superando las proyecciones del mercado y acumulando cuatro meses consecutivos de expansión. Estos resultados han generado optimismo entre los analistas y economistas, quienes ven en este comportamiento una señal clara de que la economía peruana está en camino de recuperarse tras los desafíos del 2023, impulsado por un contexto internacional que también favorece este proceso.
El 2023 fue un año de importantes retos para el Perú, marcado por una desaceleración económica provocada por factores externos como la alta inflación global y los fenómenos climáticos que golpearon sectores clave, como el pesquero y agrario. Sin embargo, el 2024 ha comenzado con un tono más optimista, con datos que sugieren que la economía nacional está entrando en una fase de recuperación sostenida. El crecimiento del PBI de 4.5% en julio es una señal clara de que las medidas adoptadas por el gobierno y el Banco Central de Reserva (BCR) están comenzando a dar frutos
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha destacado que esta cifra de crecimiento no solo supera las expectativas del mercado, sino que también marca un cambio positivo en la tendencia económica del país, respaldada por la recuperación de sectores claves como la construcción, el comercio y la manufactura.
Un factor determinante en este escenario de recuperación ha sido la evolución de la economía global, en particular la de Estados Unidos. La desaceleración económica en ese país ha generado una disminución de la inflación, lo que ha llevado a la Reserva Federal (Fed) a reducir su tasa de interés de referencia. Este movimiento ha repercutido en los mercados emergentes, incluyendo el Perú, donde se ha visto una apreciación del sol frente al dólar y una mejora en las condiciones crediticias locales.
Luis Oganes, director gerente de GP Morgan, ha señalado que la reducción de las tasas de interés por parte de la Fed está abriendo espacio para que los bancos centrales de economías emergentes, como el BCR, adopten políticas similares. Esto no solo fortalece al sol, sino que también reduce los costos de financiamiento para empresas y hogares, incentivando el consumo y la inversión en el país. «Estamos entrando en un proceso que debería ser saludable para la economía global y, en particular, para las economías emergentes como la peruana», indicó.
Otro factor clave en la estabilidad macroeconómica del Perú es la desdolarización progresiva de la economía. Hace 25 años, aproximadamente el 80% de los créditos y ahorros en el Perú se realizaban en dólares. Hoy, esa cifra ha caído significativamente, y el 85% de los precios, ahorros y créditos están en soles. Esto no solo refleja la solidez de la política monetaria del país, sino que también ha fortalecido al sol como una moneda confiable, permitiendo una mayor estabilidad en el mercado interno.
Elmer Cuba, socio de Macroconsult, afirmó que esta tendencia hacia la desdolarización ha sido crucial para mejorar la capacidad de respuesta del Perú ante choques externos. «El sol se ha consolidado como una moneda fuerte y eso nos pone a la par de economías con un manejo macroeconómico eficiente como Chile y Colombia», sostuvo Cuba. Esto, combinado con la estabilidad inflacionaria, ha permitido que el país mantenga un entorno económico más predecible y favorable para la inversión y el crecimiento.
A pesar de los avances, los analistas advierten que aún existen desafíos importantes para que el Perú alcance su verdadero potencial de crecimiento. Las proyecciones para el 2024 y 2025 indican un crecimiento económico cercano al 3%, una mejora considerable respecto a 2023, pero todavía por debajo del ritmo de expansión que el país experimentaba hace una década.
Luis Oganes subrayó que, si bien un crecimiento del 3% es positivo, «no es suficiente para aprovechar completamente el potencial de la economía peruana». El experto destacó que, en años anteriores, el país alcanzaba tasas de crecimiento de entre 5% y 6%, con un potencial de hasta el 13%. Para lograrlo, indicó, es necesario seguir impulsando la inversión, reducir los cuellos de botella que frenan el desarrollo y mejorar la productividad.
Por su parte, Elmer Cuba coincidió en que uno de los factores que afectarán el desempeño de la economía en 2023 fue el Fenómeno El Niño, que impactó gravemente sectores como la agricultura y la pesca. Sin embargo, este año, las condiciones climáticas han mejorado, lo que ha permitido una mayor dinamización de la producción y una recuperación más rápida de estos sectores. «Las posibilidades de que la producción peruana se dinamice son muy altas, lo que debería impulsar el crecimiento en los próximos meses
Con un panorama más alentador para la segunda mitad del año, la economía peruana tiene la oportunidad de consolidar su recuperación y retomar un ritmo de crecimiento sostenido. Las políticas monetarias y fiscales implementadas por el gobierno y el BCR, junto con el contexto internacional favorable, han creado un entorno propicio para la inversión y el crecimiento.
A pesar de los avances visibles en la economía peruana durante este 2024, el camino hacia un crecimiento sostenido a largo plazo dependerá de factores estructurales que aún requieren atención. El principal reto está en los niveles de inversión, tanto pública como privada, en sectores estratégicos como infraestructura, educación y tecnología, para mejorar la productividad y competitividad.
En este contexto, el reciente impulso a la inversión pública en torno al puerto de Chancay, mediante la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), es una señal positiva. La creación de una cartera de proyectos estratégicos en las zonas de influencia del puerto busca dinamizar la economía local y aprovechar el potencial logístico de la región, que podría convertirse en un hub comercial clave para Perú y los países vecinos.
Asimismo, el compromiso del gobierno de continuar mejorando el clima de negocios, eliminando barreras burocráticas y promoviendo la formalización empresarial, será crucial para atraer inversiones extranjeras y fortalecer el crecimiento económico a largo plazo. La reciente mejora en la calificación crediticia de Perú por parte de Moody’s refuerza esta tendencia, posicionando al país como un destino atractivo para el capital internacional, gracias a su estabilidad macroeconómica y su manejo responsable de las finanzas públicas.
Otro de los pilares del crecimiento en el 2024 es la expectativa de que el consumo privado aumente de manera sostenida, gracias a la reducción de las tasas de interés y la estabilidad del tipo de cambio. Un sol más fuerte y un dólar más débil generan condiciones favorables para que las familias peruanas accedan a crédito a costos más bajos, lo que impulsará el consumo en sectores como bienes duraderos, vivienda y automóviles.
Además, con el contexto de menor inflación, los hogares pueden planificar mejor sus gastos y mejorar su poder adquisitivo. Este aumento del consumo interno será un motor importante para el crecimiento de PBI en los próximos meses, contribuyendo a la recuperación de varios sectores que fueron duramente golpeados en 202
Para sostener el crecimiento más allá del 2024, el Perú debe apostar por la innovación y la diversificación de su economía. La dependencia en sectores tradicionales como la minería y la agricultura, si bien han sido fundamentales en la historia económica del país, debe complementarse con el impulso a sectores más dinámicos y con mayor valor agregado, como la fabricación avanzada, la tecnología, entre otros.
En este sentido, la inversión en capital humano será fundamental. Mejorar la calidad de la educación, fomentar la capacitación técnica y promover la investigación y el desarrollo (I+D) en industrias clave permitirán que el Perú compita en una economía global cada vez más basada en el conocimiento. La instalación de universidades e institutos cerca del puerto de Chancay es un paso positivo en esta dirección, creando un ecosistema donde la innovación y el talento puedan florecer.
Asimismo, los acuerdos de libre comercio y la apertura de nuevos mercados seguirán siendo vitales para mantener la competitividad del Perú en el escenario internacional. Fortalecer las relaciones comerciales con Asia, Europa y América Latina brindará oportunidades para que el país diversifique sus exportaciones y reduzca su dependencia en los precios de los
El año 2024 marca el inicio de una recuperación para la economía peruana, tras un 2023 lleno de desafíos. Los indicadores recientes, como el crecimiento del PBI y la reducción de la inflación, muestran que el país está en el camino correcto. Sin embargo, para que esta tendencia se mantenga a largo plazo, es necesario que las autoridades continúen impulsando reformas estructurales, promoviendo la inversión en sectores estratégicos y mejorando la productividad.
El Perú tiene un gran potencial de crecimiento, y las condiciones internacionales parecen estar alineadas para favorecer una mayor estabilidad y dinamismo económico. Si el país logra superar sus cuellos de botella interna y sigue avanzando en la consolidación de su moneda, su capacidad de competir a nivel global y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos será indiscutible. Las perspectivas son positivas, pero el reto está en aprovechar este momento para asegurar un desarrollo inclusivo y sostenible en el futuro.
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