
Copenhague, Octubre 2024.- Los estadounidenses Daron Acemoglu, de origen turco, Simon Johnson y James A. Robinson, ambos de origen británico, fueron los elegidos para recibir el Premio Nobel de Ciencias Económicas de 2024 por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y de qué manera afectan a la prosperidad, anunció la Real Academia Sueca de las Ciencias.
“Reducir las enormes diferencias de ingresos entre los países es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Los galardonados han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo”, afirmó Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas.
Los tres premiados, según el comité, han demostrado la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de las naciones y que las sociedades con un Estado de derecho frágil e instituciones que tienden a la explotación de la población no generan crecimiento ni cambios que lleven a una mejora.
Los galardonados han demostrado, indica el comité, que una de las explicaciones de las diferencias en la prosperidad de los países son las instituciones sociales que se introdujeron durante la colonización.
Las instituciones y la generación de riqueza
La creación de instituciones inclusivas ha generado riqueza mientras que las instituciones extractivas, aunque producen ganancias a corto plazo para quienes tienen el poder, no mejoran la situación general de la población.
Sin embargo, también demuestran que el cambio es posible y que se pueden formar nuevas instituciones. En algunas circunstancias, un país puede liberarse de sus instituciones heredadas para establecer la democracia y el Estado de derecho. A largo plazo, estos cambios también conducen a una reducción de la pobreza.
A partir de un análisis de la situación en la ciudad de Nogales, en la frontera entre México y EEUU, los tres economistas muestran que lo decisivo no es la geografía o la cultura sino las instituciones.
“Los habitantes del norte de la valla viven en el sistema económico de Estados Unidos, que les da mayores oportunidades de elegir su educación y profesión. También forman parte del sistema político de Estados Unidos que les otorga amplios derechos políticos”, recalca el comité.
“Al sur de la valla, los residentes no son tan afortunados. Viven en otras condiciones económicas y el sistema político limita su potencial para influir en la legislación”, enfatiza.
Teoría de los datos
Los galardonados utilizaron la teoría como los datos para explicar mejor la desigualdad entre países, según el comité del premio.
“Reducir las enormes diferencias de ingresos entre países es uno de los mayores retos de nuestro tiempo”, indicó en un comunicado Svensson, agregando que “ellos han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo”.
Sus investigaciones han demostrado que las instituciones que se introdujeron durante la colonización europea han contribuido a configurar los resultados económicos de los países que fueron colonizados desde entonces.
“En lugar de preguntarnos si el colonialismo es bueno o malo, observamos que las distintas estrategias coloniales han dado lugar a diferentes modelos institucionales que han persistido a lo largo del tiempo”, dijo Acemoglu en una rueda de prensa tras el anuncio del premio.
En términos generales, agregó, el trabajo que hemos realizado favorece la democracia. Pero la democracia no es una panacea.
La democracia puede ser difícil de implantar, señaló, y existen vías de crecimiento para los países que no son democracias, como el rápido aprovechamiento de los recursos de una nación para acelerar el progreso económico. Pero dijo que el “crecimiento más autoritario” suele ser más inestable y menos innovador.
Con sus obras, los tres aportaron también que la colonización provocó un importante cambio en las fortunas mundiales. Los lugares densamente poblados en la época de la colonización solían estar gobernados por instituciones autoritarias, mientras que los poco poblados solían recibir más colonos y establecían una forma de gobierno más integradora, aunque no del todo democrática.
Con el tiempo, esto provocó una inversión de las fortunas: mientras que el Imperio azteca era más poblado y rico que Norteamérica en la época de las primeras exploraciones europeas, hoy Estados Unidos y Canadá han superado a México en prosperidad.
“Esta inversión de la prosperidad relativa es históricamente única”, explicaba el comunicado del Nobel. “Si observamos las partes del globo que no fueron colonizadas, no encontramos ninguna inversión de la fortuna”.
Los economistas han escrito libros basados en sus investigaciones, entre ellos “Por qué fracasan los países”, de Acemoglu y Robinson, y “Poder y progreso”, de Acemoglu y Johnson, publicado el año pasado.
Finalmente, es importante señalar que el Premio del Banco de Suecia en Homenaje a Alfred Nobel, como se llama oficialmente el galardón, es el único que no fue instituido en su testamento.
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