

Lima – El comercio exterior del Perú está a punto de protagonizar un nuevo capítulo de éxito, y los datos recientes no dejan lugar a dudas: las exportaciones nacionales registran un repunte vigoroso que podría cerrar 2025 con cifras récord. Según la estimación más generosa, los envíos al exterior podrían superar los US$ 80 000 millones, lo que implicaría un crecimiento de doble dígito respecto al año anterior
De hecho, durante los primeros ocho meses de este año, las exportaciones sumaron unos US$ 55 640 millones, un avance de 18.8% frente a igual periodo del año previo.
Este ritmo, sostenido en minería y agroindustria, genera no solo optimismo entre los gremios exportadores sino también entre analistas que advierten que, aun cuando la desaceleración global está a la vuelta de la esquina, el Perú tiene una ventana de oportunidad que podría consolidarlo como actor relevante en el comercio internacional.
El gremio Asociación de Exportadores del Perú (Adex) proyecta que los envíos peruanos cerrarán el año en US$ 86 721 millones, lo que representaría un crecimiento de 16.5% respecto a 2024, impulsado principalmente por mejores precios internacionales de minerales como el cobre y el oro.
Pese a ello, esta proyección difiere de otras fuentes más conservadoras, lo cual revela que el escenario, aunque favorable, está sujeto a “ruedas” variables.
Una voz de peso, el director ejecutiva del Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior – CCL (Idexcam), señala que “el Perú alcanzará una cifra histórica de US$ 84 327 millones en 2025, equivalente a un crecimiento de 13.25% respecto al año anterior”.
De este modo, el rango manejado por los distintos actores se ubica entre ~US$ 84 000 millones y ~US$ 86 700 millones.
El motor del impulso exportador sigue siendo la minería. Un reciente reporte indica que la producción cuprífera peruana podría subir entre 2% y 4% en 2025, lo que refuerza el perfil del país como proveedor clave de materias primas.
A la par, las agroexportaciones se consolidan como el “gigante silencioso” del comercio exterior peruano: productos como la palta, el arándano, la uva y el café están en plena expansión, apalancados por la creciente demanda mundial de alimentos “saludables” y de origen sostenible.
Por ejemplo, entre enero y junio de 2025 las exportaciones de oro hacia China superaron los US$ 900 millones, ya superando lo que se vendió al gigante asiático durante todo 2024; un reflejo de que los metales están siendo buscados como refugio en un mundo con tensiones geopolíticas. Reuters
Sin embargo, no todo es brillo. Adex alerta que cuatro sectores cerrarán 2025 con resultados negativos: joyería, forestal, minería no metálica y “varios”. En concreto, estos podrían registrar caídas de -46.7%, -17.2%, -2.4% y -0.7%, respectivamente.
Asimismo, ya se anticipa un 2026 más llano: Adex estima un crecimiento de solo 4.3% para el total exportado, acompañado de resultados negativos en pesca tradicional, joyería y forestal.
Factores que impulsan:
Factores de advertencia:
Cuando los envíos al exterior superan la barrera de los US$ 80 000 millones, el impacto trasciende las aduanas: significa más empleo (directo e indirecto), mayores ingresos externos que fortalecen la moneda local, un mejor escenario para atraer inversión extranjera y, sobre todo, la posibilidad de que el Perú se ubique como actor relevante no solo en Latinoamérica, sino en las cadenas globales de valor.
El reto ahora es consolidar esta etapa, diversificando más allá de la minería, mejorando la logística, reduciendo costos y consolidando marcas peruanas en los mercados premium.
El Perú está ante una jugada importante: puede cerrar 2025 con un salto relevante en sus exportaciones frente a años anteriores. Pero ese triunfo no está escrito en piedra: dependerá de que los sectores afinen su competitividad, de que la coyuntura global no dé tropiezos mayores y de que el país aproveche este envión para cimentar una oferta exportadora más variada y de mayor valor. Si lo logra, lo que hoy parece un buen año podría convertirse en el inicio de una trayectoria sólida y sostenible.
Porque al fin y al cabo, en el negocio global no basta con crecer hoy: lo que cuenta es mantenerse dominando el mañana.
El crecimiento proyectado de las exportaciones peruanas no es sólo el resultado de precios altos de minerales o buena cosecha agroindustrial, sino que encuentra respaldo en un contexto macroeconómico estable (moneda, reservas) y en avances concretos de infraestructura logística (como Chancay). Esa conjunción hace que las proyecciones sean más creíbles y atractivas para inversionistas y actores globales.
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